Los abusos de su padre y los golpes de su padrastro a la relación de amor-odio con Slash y la construcción de una leyenda del rockTras una vida plagada de oscuridades y excesos, el líder de Guns N’ Roses jura volver a los escenarios después de la pandemia

En una célebre entrevista con «Rolling Stones» en 1992, Axl Rose habló por primera vez de los abusos que sufrió durante su infancia

Axl Rose cuenta que la primera vez que experimentó un sentimiento de odio profundo estaba en el vientre de su madre.

Jura que sintió la forma en que su padre despreciaba a su madre, Sharon Elizabeth Falkenhörst. Y entendió que él iba a ser un niño no deseado, y que su padre biológico era una especie de monstruo.

“Mi verdadero padre era un individuo bastante jodido. No me gustó la forma en que trataba a mi madre. No me gustó la forma en que me trató antes de que yo naciera. Así que cuando salí [del vientre] solo deseaba que el hijo de puta estuviera muerto”, dijo en una mítica entrevista concedida a la revista Rolling Stones en 1992.

Aunque parezca inverosímil que una persona pueda guardar recuerdos de su época fetal, el líder de Guns N’ Roses cree fervientemente en ello, y manda “a la mierda” a quien le contradiga.

En la charla con Rolling Stones, -icónica porque en ella habló por primera vez de su infancia traumática-, Axl Rose explicó que pudo recuperar sus memorias prenatales gracias a la terapia regresiva; técnica que le permitió también desenterrar una historia de oscuros abusos familiares que él había reprimido como mecanismo de defensa “para poder sobrevivir”.

Este sábado 6 de febrero, Axl Rose cumple 59 años. Considerado una leyenda viva del rock, y una de las mejores voces de la historia del género, no puede desprenderse de su fama de hombre misógino, racista y homófobo. Y tampoco, de los problemas que le acarreó su carácter explosivo, su “temperamento de gatillo”; esa “mecha corta” que le empujó a saltar de un escenario para agredir a un fan en 1991, o a desatar la furia de todo un estadio en Canadá en 1992.

Sin embargo, detrás de ese ego desbordante de estrella del rock, y de las excentricidades propias de un artista que saboreó la gloria eterna encima del escenario, se esconde una persona vulnerable, y a veces frágil, que “sobrevivió” a una infancia de auténtico terror.